VIAJES 2008: 3ª parada, Brujas (BÉLGICA)

Continuando con mis viajes durante 2008, durante nuestra estancia en Holanda, Shaury y yo hicimos una escapada de un día al país vecino, Bélgica. Más en concreto al pueblo de Brujas, una maravilla arquitectónica que casi nos hizo sumergirnos en un cuento de hadas, y también en un incidente en nuestro viaje de regreso a Amsterdam jeje...Lo primero que hicimos nada más llegar fue buscar un lugar donde comer, ya que estabamos hambrientos tras un viaje de 3 horas y media en tren desde la capital holandesa. Después y con un soleadísimo día sobre nuestras cabezas nos dirigimos a la espectacular plaza de Markt en el centro de Brujas, en donde se encuentran su majestuoso Campanario y el Palacio Provincial.

Al igual que Amsterdam, Brujas está llena de canales y de edicificios con su particular techumbre típica de Flandes y que la hace tan característica y hermosa a la vez. Nuestra idea era ver el Museo del Chocolate de la ciudad, pero por un fallo en el horario, llegamos 1 hora más tarde de que lo cerraran. ¡¡¡Qué rabia no poder disfrutar de la degustación de bombones que había!! Sin embargo, me quedé con la calle, por si acaso vuelvo algún día... jejeje he aquí la prueba. Pero no nos quedamos sin probar el chocolate belga.... Tanto Shaury como yo, dimos buena cuenta de ellos comprándolos en una de las múltiples bombonerías que hay en el centro.

Despué fuimos adentrándonos en las mágicas calles de la ciudad... Plazas históricas, estanques majestuosos, cisnes en los canales, y estatuas de pintores famosísimos como el pintor flamenco Jan Van Eyck, creador del mítico cuadro "El matrimonio Arnolfini". Lo malo fue la prisa que llevábamos por miedo a perder el tren que nos llevara de vuelta a Amsterdam, y que no nos dejó disfrutar al 100% de este maravilloso lugar...

El caso es que para regresar a Amsterdam (al igual que para ir a Brujas) había que coger 2 trenes, con transbordo en Amberes (Bélgica)... Pues logramos coger el tren a Amberes.... pero no el de Amsterdam, así que improvisadamente y con la ayuda de la revisora del tren y una llamada a mi hermano, solucionamos el problema del alojamiento repentino en Amberes. Lo negativo... el pagar doblemente por una noche de hotel (ya que la de Amsterdam no la estabamos utilizando) en la que dada la hora que era, lo único que pudimos cenar fueron los bombones que nos habían sobrado. Lo positivo.... la experiencia vital que uno se lleva. De todo se aprende...y a día de hoy tanto Shaury como yo, nos reímos recordándo la anécdota.... :D