Tras una larga lucha contra el cáncer de prostata que se le había diagnosticado finalmente Dennis Hopper sucumbió el sábado a la edad de 74 años rodeado de familiares y amigos. La enfermedad se dió a conocer el pasado Otoño, cuando ya estaba en un estado muy avanzado, y mientras mantenía un agrio proceso de divorcio de su mujer Victoria Duffy. La verdad es que en las últimas apariciones públicas se le podía ver ya muy desmejorado.
El pasado marzo, se le permitió al actor salir del hospital donde estaba ingresado para descubrir su estrella de la fama del conocido paseo hollywoodiense. Lugar al que desde ayer están llegando muchos de sus fans para hacerle homenaje.
Eterno secundario donde los haya, Hopper se labró una prolífera carrera cinematográfica. Unas veces con acierto, otras con no, Hopper fue un actor de carácter y al que muchas veces le tocó hacer de "malo". Sin duda su mayor éxito fue precisamente la película que dirigió y protagonizó: Easy Rider (Dennis Hopper, 1969), en la que también estaban Jack Nicholson y Peter Fonda. En este pelícua se hacía realidad aquello de sexo, drogas y rock & roll y marcó toda una época. Fue un impacto sobre cineastas e industria. Era el espíritu rebelde de la contracultura de los 60. Por ella ganó el premio al Mejor Director Novel del festival de Cannes de 1969.
Empezó junto a James Dean en Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955) y Gigante (George Stevens, 1956), pero tras el éxito de Easy Rider, se le empezó a ver en papeles de mayor importancia en títulos como Apocalypse now (Francis Ford Coppola, 1979), Hoosiers (David Anspaugh, 1986), Terciopelo azul (David Lynch, 1986), Speed (Jan de Bont, 1994), Waterworld (Kevin Reynolds, 1995) o más recientemente en el film español Elegy (Isabel Coixet, 2008) e incluso un breve papel en la serie 24 en 2002.
Aquí te dejo con una de sus míticas escenas de Easy Rider junto a Peter Fonda y Jack Nicholson y con la música del "The pusher" de Steppenwolf. Descanse en paz.
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