
Granger dedicó su trabajo principalmente al teatro y a la televisión, pero antes de estos medios, en el inicio de su carrera brilló en un buen puñado de conocidas producciones cinematográficas, como demostró en La soga (Alfred Hitchcock, 1948), Extraños en un tren (Alfred Hitchcock, 1951), Cuatro páginas de la vida (Henry Hathaway/Howard Hawks/Henry King/Henry Koster, Jean Negulesco, 1952), El fabuloso Andersen (Charles Vidor, 1952), Senso (Luchino Visconti, 1954) o La muchacha del trapecio rojo (Richard Fleischer, 1955).
Su vida personal no fue precisamente fácil, su homosexualidad no era algo fácil de lidiar. Estuvo emparejado durante más de 40 años con el productor cinematográfico Robert Calhoun, ya fallecido .
Aquí te dejo con un vídeo de una escena de la película que le lanzó a la fama, precisamente la que abre el film: La soga, de Alfred Hitchcock.
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